Mi niño de luz

Se aproximan tiempos de ensoñaciòn y recuerdos gratos. Se agolpan en mi memoria esos días de dulce espera en que todo se tornaba celeste, amarillo y blanco. No dejé lugar a otros colores. Siempre tuve la certeza que daría a luz un varoncito. Así fue como una mañana de Febrero, diez días antes de lo previsto y trás un ardúo trabajo de parto, nació mi hijo.
Mi primogénito, el que cambio los colores iniciales por todos los matices cromáticos, a pesar de estar envuelto en un aura azul.
Junto a el los frios del invierno se tornaban cálidos y los cortos días australes eran más largos y entretenidos. Su avides por aprender y conocer aveces producia en mí cierto temor, aún así me dedicaba en tiempo completo a saciar su curiosidad desmedida siempre provechosa.
Su infancia transcurría plena de alegría contagiosa, pero un día un diagnostico médico, trastoco el goce de dejarlo volar en libertad absoluta y anido en mi, primero de modo inconciente, la angustía y la sobreprotección.
Sólo el espiritú guerrero de mi niño-indigo renovó la luz en mi interior y abrió mi camino y el suyo.
El tiempo pasó de prisa, dejando a su paso imborrables y mágicos recuerdos. .
Veo hoy reflejado en sus ojos, el rostro de un pequeño, quien es su razón de vida y el limite a su rebeldía.
Resulta gratificante ver como ahora utiliza sus talentos, sin duda alguna, cumplira todas sus metas.
A sus veintún años, disfruto complacida su crecimiento Se ve feliz, con su novia y un hijo de cinco meses, cursando tercer año en la carrera de períodismo.
Tús alas ya son firmes, continúa tú vuelo y no dejes de perfeccionarlo.
¡!Feliz
cumpleaños hijo!!