viernes, mayo 04, 2007

OBSTÁCULOS

Voy andando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa.
Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionada, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí misma... cuando era niña.
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

Me gusta este cuento porque describe muy bien como transitamos por la vida, muchas veces le damos mayor importancia a las cosas negativas y pasamos por alto, lo positivo, lo bello, lo realmente significativo. Nos colocamos trabas y viajamos con la pesada carga sin saber que de nosotros depende el caminar livianos por la vida.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

tyare!!!! que gusto!!!! hace mucho que no sabia de ti!!! bueno...judas no ha cambiado...!!! judas sigue siendo elmismoque escribe...solo que los hechos diarios lo han hecho evolucionar ( o retroceder)...lindo que aun te acuerdes de mi...un besito...y cuidate mucho vale??? nosleemos!!!

TORO SALVAJE dijo...

Hola Tyare.

Me gustó también el cuento y tu interpretación del mismo.

Sigues estando. Me alegro.

Besos.

Claudia Castora dijo...

Interesante y cierto...los obstáculos los ponemos nosotros mismos...interesante.
Te dejo un gran abrazo Tyare, siempre es un agrado saber que estás.

Lety Ricardez dijo...

Conforme leía querida Tyare, no pensé que era un sueño tuyo y pensé en el deseo que tenemos al despertar de interpretarlo cabalmente. Ahora que se que es un cuento me sigue gustando igual,

Tanto como me gustas tú y cuanto nos compartes. Te dejo un abrazo amiga mía

Anónimo dijo...

cuentos para pensar??? o me equivoco??? me gusto mucho ese libro...ye md io mucha rabia pens ar en lo dificil y lo complejo q es lograr nuentras metas...lo lindo de esto es rescatar el dulce sabor de saber llegar
besitos!!!
totales!!!

jose salinas dijo...

hola he aki de nuevo espero estes bien