Cada primavera
aparece distinta. A veces trae consigo alteraciones y momentos sombríos, pero a
medida que avanzan los días se va llenando poco a poco de luz. Una luz
específica, cristalina, mágica que
ilumina todo el entorno y hace que mire al cielo y agradezca el
disfrutarte cada día.
Tú eres esa luz que inunda mi vida, con tu
risa contagiosa, con tus ojos, que además de hermosos son puros y sinceros y
con tu forma de ser tan personal.
En éste día
especial y todos los días venideros
deseo para ti lo mejor, que la vida te
entregue todo lo que mereces y un poco más y que Dios acompañe tus pasos
siempre. ¡Te amo hijita!
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